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Publicado 27/05/2016 12:00:21

Moción busca la prohibición absoluta de tenencia de animales vivos para su exhibición, empleo en circos y espectáculos

La iniciativa busca, además, imponer sanciones al no cumplimiento de dicha tenencia, consistente en penas pecuniarias y aflictivas, además del comiso de los animales. Todo ello, en concordancia con la evolución circense a nivel mundial, a los conocimientos científicos afianzados y a nuestra obligación humana de respetar, proteger y proveer de bienestar a los miembros de las demás especies.

La iniciativa busca, además, imponer sanciones al no cumplimiento de dicha tenencia, consistente en penas pecuniarias y aflictivas, además del comiso de los animales. Todo ello, en concordancia con la evolución circense a nivel mundial, a los conocimientos científicos afianzados y a nuestra obligación humana de respetar, proteger y proveer de bienestar a los miembros de las demás especies.

Considerando que el circo ha sido en Chile una actividad protagónica en material cultural, un grupo transversal de diputados, encabezado por Vlado Mirosevic (PL), presentó un proyecto de ley (boletín 10689) que busca establecer la prohibición absoluta de tenencia de animales vivos para su exhibición, empleo en circos y espectáculos circenses.

La moción, derivada a la Comisión de Medio Ambiente para su estudio, fue ingresa el pasado 12 de mayo por el diputado Mirosevic, junto a los parlamentarios Daniella Cicardini (PS), Maya Fernández (PS), Cristina Girardi (PPD), Giorgio Jackson (IND), Daniel Melo (PS), Karla Rubilar (IND), Raúl Saldívar (PS) y Camila Vallejo (PC).

Los legisladores explicaron que en Chile la actividad circense cuenta con un cuerpo normativo orientado a su fomento en la Ley 20.216, la cual regula, faculta y demanda una serie de condiciones para el óptimo funcionamiento del circo. Esta ley, publicada en el año 2007, establece, entre otras cosas, qué ha de entenderse por espectáculo circense, integrando como parte de ello “la ejecución o representación en público de animales amaestrados”.

Agregaron que esta añosa manera de entender un acto circense en Chile pretende normalizar ante nuestra sociedad una práctica que día a día suma críticas y detractores en muchísimos países, como también por parte de las empresas del rubro más importantes del mundo que, paulatinamente, han ido anunciando su reconversión hacia espectáculos basados puramente en destrezas humanas.

Indicaron que, aunque no se perciba violencia en los espectáculos de circo, las condiciones en que transcurre la vida de los animales usados para ser exhibidos, bajo previas prácticas de amaestramiento, han demostrado ser tremendamente perjudiciales para su normal desarrollo, tanto físico como psicológico, siendo sus vidas condenadas a condiciones de absoluta ausencia de bienestar y de tortura, tanto en el escenario como fuera de él.

Manifestaron que los animales presentes en los circos pasan la mayor parte del tiempo encerrados en jaulas o encadenados para evitar su huida, completamente alejados de su hábitat natural y de sus comportamientos naturales, debiendo adaptarse a ello bajo métodos violentos y poco ortodoxos.

Asimismo, los autores de la moción, explicaron que el estrés es un factor preponderante al evaluar la situación de los animales en los circos y que está comprobado que estos no pueden -y no necesariamente quieren, en muchos casos- dar una buena calidad de vida a los animales, dadas sus características inherentes de restricción de espacio y de itinerancia.

En ese sentido, agregaron que los métodos de transporte obligan a los animales a soportar trayectos extremadamente largos en espacios reducidos en los que casi no pueden moverse. Estos viajes suelen hacerse en vehículos que no cuentan con las condiciones mínimas para su transporte, siendo los animales utilizados expuestos a variaciones de temperaturas radicales, más aún en territorios como el nuestro, donde las condiciones climáticas presentan matices profundos en cada región del país.

Por otro lado, aclararon que la vida en el circo impide a los animales desarrollar sus comportamientos naturales, más aún cuando las atracciones recurrentes son las exposiciones de fauna exótica. “Esto provoca un notorio impacto tanto físico como psicológico, generando confusiones en ellos que en la totalidad de las ocasiones decanta en trastornos fisiológicos y comportamientos anormales, afectando su salud física y mental”, afirmaron.

Según lo mencionado anteriormente, los parlamentarios señalaron que el presente proyecto busca la prohibición absoluta para el uso y la exhibición de animales en circos, mediante la introducción de modificaciones en los cuerpos legales atingentes (Ley 20.216, de Fomento al Circo; Ley 20.380, de Protección Animal; y Ley 19.473 sobre Caza) y el establecimiento, a su vez, de la prohibición de forma expresa, pues tratándose de una actividad privada, no es suficiente la mera eliminación de las referencias normativas a animales para su efectiva proscripción en la misma.

Adicionalmente, insistieron en que se pretende imponer sanciones a su incumplimiento, consistentes en penas pecuniarias y aflictivas, además del comiso de los animales, todo ello en concordancia con la evolución circense a nivel mundial, a los conocimientos científicos afianzados y a nuestra obligación humana de respetar, proteger y proveer de bienestar a los miembros de las demás especies con que compartimos este planeta, capaces de sentir y de experimentar, al igual que nosotros, sufrimiento y felicidad.