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Publicado 11/04/2013 15:39:46

Descubren placa “Huellas para no olvidar” como homenaje a víctimas y sobrevivientes del Holocausto

El acto fue encabezado por el ex Presidente de la Cámara, diputado Nicolás Monckeberg; el embajador de Activistas por la Paz, William Soto; el segundo Secretario de la Embajada de Israel, Ron Brummer; y el homenajeado sobreviviente David Feuerstein.

El acto fue encabezado por el ex Presidente de la Cámara, diputado Nicolás Monckeberg; el embajador de Activistas por la Paz, William Soto; el segundo Secretario de la Embajada de Israel, Ron Brummer; y el homenajeado sobreviviente David Feuerstein.

En recuerdo de los seis millones de víctimas judías caídas en el Holocausto y en homenaje a sus sobrevivientes, hoy se descubrió en dependencias del Congreso Nacional la placa “Huellas para no olvidar”, proyecto promovido por la Embajada de Activistas por la Paz y que en el caso de Chile destacó al superviviente David Feuerstein y su familia.

El evento, que se inició pasada las 11:00 horas en el Salón de Honor del Parlamento, en Valparaíso, fue encabezado por el ex Presidente de la Cámara de Diputados, Nicolás Monckeberg (RN); el embajador de Activistas por la Paz, William Soto; el segundo Secretario de la Embajada de Israel, Ron Brummer; y David Feuerstein. Además, participaron los diputados Frank Sauerbaum (RN) y Ramón Farías (PPD), junto a personalidades de la comunidad judía y del cuerpo diplomático presente en Chile.

Tras la interpretación del himno nacional y de la exposición de un video que resume los hechos del holocausto y la experiencia del proyecto “Huellas para no olvidar” en otros países de Latinoamérica, David Feuerstein agradeció el reconocimiento, estimando que es una forma de reforzar la memoria histórica de los trágicos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y, muy particularmente, del exterminio masivo de personas durante el régimen nazi.

Relató que, en lo personal, debió enfrentar a los 16 años la dura pérdida de sus padres y hermanos menores (6, 8 y 10 años) en el campo de exterminio y de trabajo de Auschwitz, centro del cual logró escapar junto a un hermano que hoy vive en Argentina. En este plano, lamentó que, en aquel tiempo, muchos fueron los que no quisieron reconocer la realidad, permitiendo con su omisión las trágicas consecuencias del genocidio. “Es importante que no se repita contra nadie”, recalcó

William Soto recalcó que, para vergüenza de la humanidad, hubo millones de personas, judíos, gitanos, homosexuales, testigos de jehová, discapacitados y opositores nazis, que no pudieron salvar sus vidas. “Conocemos hoy esos hechos gracias a la documentación existente y al testimonio de los sobrevivientes”, enfatizó.

Planteó que es a través de la educación que se podrá aprender las lecciones de la historia y sembrar el conocimiento y defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo. “Quiero proponerles, con el mayor respeto, que se presente una ley en el Congreso que incluya el holocausto como materia de estudio y de debate en los colegios y como una materia o cátedra en las universidades, como una forma de crear reflexión sobre el valor de la vida y la dignidad humana”, puntualizó.

Ron Brummer destacó que la pasión con que David Feuerstein recuerda los trágicos hechos del pasado es la forma de traspasar a las nuevas generaciones parte de la información y sensaciones vividas en esa época a manos del régimen nazi. “Pero la labor de recordación de don David no se limita a mostrar el número grabado por los nazis en su brazo (160.023), su principal contribución ha sido como representante en Chile y Latinoamérica de Yad Vashem, la organización oficial dedicada al recuerdo de los héroes y víctimas de la Shoá (equivalente hebreo de holocausto), que administra el Museo del Holocausto, en Jerusalén.

El diplomático consideró, además, que el homenaje organizado por la Cámara de Diputados y la Embajada de Activistas por la Paz es una muestra elocuente de respecto a la memoria histórica y de valoración a la tolerancia y del pluralismo.

El diputado Nicolás Monckeberg resaltó que la Cámara estimó imprescindible que en la Casa de la Democracia, en donde debe seguirse un modelo de tolerancia y de defensa de la dignidad de las personas, se erigiera una vez más un homenaje a las víctimas del holocausto y se constituyera como instancia para entregar un reconocimiento a sus supervivientes.

Planteó que propuesta nos recuerda como sociedad el valor fundamental y perpetuo que debe constituir para todos la paz social y nos enseña que existen alternativas para hacernos cargo de la historia de manera pacífica, simple y profundamente eficaz. “Preocupémonos que de ese sufrimiento podamos sacar una lección que se proyecte al futuro y que a partir de eso seamos capaces de defender la dignidad humana”, finalizó

Cabe recordar que “Huellas para no olvidar” es un iniciativa de su Embajador Mundial, Dr. William Soto, que tiene como propósito mantener vivo el testimonio de los sobrevivientes del Holocausto, como una forma de prevenir la reiteración de este capítulo de la historia humana, donde murieron alrededor de 20 millones de personas, entre ellos 6 millones de judíos europeos, gitanos, testigos de Jehová, izquierdistas, homosexuales, opositores políticos, prisioneros de guerra, personas con discapacidad mental y el resto de la población no considerada pura.

El proyecto, actualmente acogido por diferentes países en Latinoamérica, consiste en la exhibición de una placa con la forma de la Estrella de David, que contiene las huellas palmares de un sobreviviente del Holocausto, en el caso chileno de David Feuerstein, así como las huellas de uno de sus hijos y las de uno de sus nietos (y las de uno de sus bisnietos, si lo hubiere); como una evidencia de que el nazismo no pudo extinguir al pueblo hebreo. La placa va acompañada de una lámina que contiene un texto con una breve descripción de lo que sucedió en el Holocausto y un relato de la historia del sobreviviente.

El proyecto puede ser desarrollado de dos formas: La primera, instalando la placa de manera fija o permanente, preferiblemente en sitios públicos concurridos. La segunda consiste en una placa itinerante (caso chileno) para ser llevada a diferentes estaciones, es decir, instituciones donde se programen eventos con invitados especiales, seleccionados de tal manera que sirvan de canal para difundir los objetivos del proyecto.