El texto propone que la conmemoración sea el 2 de abril de cada año, en concordancia con la fecha mundial que estableció la Convención Internacional Sobre las Personas con Discapacidad.
Con 66 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó, en último trámite, el proyecto (boletín 10392) que establece el 2 de abril de cada año como el Día Nacional de la Concienciación del Autismo y del Asperger. La alusión al Asperger fue incorporada durante el paso del texto legal por el Senado, considerando que se trata de un trastorno de características similares al Autismo.
La iniciativa se originó en una moción de los diputados Maya Fernández (PS), Karol Cariola (PC), Claudio Arriagada (DC), Fuad Chahin (DC), José Manuel Edwards (Ind), Sergio Espejo (DC), Marco Espinosa (PRSD), Sergio Gahona (UDI), Roberto Poblete (IND) y Guillermo Teillier (PC).
Los autores indican que la iniciativa va en la línea de lo expresado en la Convención Internacional Sobre las Personas con Discapacidad, de las Naciones Unidas, al que Chile se ha comprometido, de manera de “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad”.
En ese contexto, la Convención de la ONU declara el 2 de abril de cada año como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con el fin de que cada país pueda debatir y tomar conciencia en torno a la situación del autismo, sobre todo de los niños.
En Chile no existe un registro del diagnóstico, sin embargo, cifras aisladas del año 2009 del Ministerio de Educación apuntan que, en la actualidad, existe un total de 589 estudiantes con diagnóstico de autismo, incorporados a Educación Especial, encontrándose 55 en nivel pre-básico, 445 en nivel Básico y 89 en Laboral.
Según datos aportados por los autores de la moción, las personas que presentan Trastornos del Espectro Autista (TEA) desarrollan alteraciones cualitativas en la interacción social recíproca, en la comunicación verbal y no verbal y presentan patrones restrictivos, repetitivos y estereotipados de la conducta. Además, dijeron que es una condición que se mantiene a lo largo de todo el ciclo de la vida y genera dificultades en diversos ámbitos del desarrollo y la vida del paciente y, paulatinamente, de quienes lo rodean. Así, acotaron, el TEA requiere necesariamente de una adaptación del entorno del paciente, lo que implica un compromiso de todo un núcleo social, muchas veces afectando su propio desarrollo.
Resaltaron que la prevalencia de este trastorno en las personas ha aumentado conforme pasan los años, datos que han abierto el debate y dan como posibles respuestas el cambio en los diversos criterios de diagnóstico de los TEA y la incorporación paulatina de instrumentos de apoyo como Fichas Clínicas de aplicación a temprana edad y la conformación de registros nacionales que obliguen a su efectiva implementación.
CÁMARA DEDIPUTADAS Y DIPUTADOS