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Publicado 02/09/2013 17:22:41

Ex funcionaria aseguró que Labbé impidió aplicar corrección a metodología del IPC

Ante la Comisión Investigadora del INE, la ex subdirectora técnica reveló que Francisco Labbé fue advertido con anticipación y de manera reiterada que era necesario ajustar la metodología de cálculo del IPC reconsiderando el ítem vestuario. Además, junto a la ex jefa de Comunicaciones, reforzó testimonios anteriores sobre ocultamiento de información en torno a las cifras del Censo; prácticas cuestionables del círculo cercano del ex director; y la posible filtración de datos claves a la prensa desde ese grupo.

Ante la Comisión Investigadora del INE, la ex subdirectora técnica reveló que Francisco Labbé fue advertido con anticipación y de manera reiterada que era necesario ajustar la metodología de cálculo del IPC reconsiderando el ítem vestuario. Además, junto a la ex jefa de Comunicaciones, reforzó testimonios anteriores sobre ocultamiento de información en torno a las cifras del Censo; prácticas cuestionables del círculo cercano del ex director; y la posible filtración de datos claves a la prensa desde ese grupo.

Una nueva arista dentro de las indagatorias de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados sobre el INE entregó hoy la ex subdirectora técnica del organismo, Marcela Cabezas, tras revelar que el ex director Francisco Labbé se negó sistemáticamente a cambiar la metodología de cálculo del IPC reconsiderando el ítem vestuario, pese a ser advertido por los equipos técnicos en reiteradas ocasiones y con bastante anticipación a que el tema fuera tomado por la prensa.

La ex funcionaria, quien se desempeñó en el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entre 2008 y 2013 (hasta que Labbé le pidió su renuncia), informó que desde el año 2010 se venía trabajando en un ajuste de la metodología del sector vestuarios del indicador, ya que cuando se hizo el cambio desde una muestra regional-metropolitana a una nacional, se detectó que el IPC se presentaba con un sesgo a la baja.

Indicó que el equipo técnico llegó a pleno consenso sobre el tema y estableció un calendario y un cronograma sustentado por más de 400 documentos para efectuar el cambio hacia el 18 de marzo de 2013, hecho al cual Francisco Labbé se opuso por considerar que el indicador estaba correcto.

Precisó que hasta antes de que la problemática fuera tocada por la prensa, a principios de abril, se trató que Labbé tomara conciencia de la necesidad de efectuar el cambio y de que lo transparentara, pero que siempre fue infructuoso.

“Él sistemáticamente quedó preso de una sola explicación. Él decía que no creía que había problemas en la metodología. Nosotros le mostramos incluso el comportamiento del indicador chileno en comparación con todo el resto de los países similares; nuestro comportamiento era de verdad anómalo. A pesar de eso, él seguía sosteniendo que no era así, que Chile tenía características particulares de apertura internacional; que estaba el problema de la ropa usada, lo que para nosotros como técnicos resultaba extraño. Le tratamos de explicar que cualquier problema estructural de mercado impacta los niveles de IPC, no las variaciones del IPC, pero él no entendía”, resaltó, acotando que sólo modificó su actitud cuando desde la Presidencia se lo ordenaron y ya con el tema puesto en la prensa.

Respecto del Censo 2012, aseguró que el cambio de metodología fue comunicado, no consultado, el 1 de septiembre de 2011, al Comité Directivo del Censo, en donde estaba la jefa de operaciones del Censo. “Ella no tuvo idea del cambio, no fue consultada nunca previamente, no se le preguntó cuántos eran las personas que se requerían para hacer el cambio de censo, no se le consultó sobre el presupuesto, nada. Ella se enteró igual que nosotros el 1 de septiembre. Ahí se dice que está aprobado por el Ministro y el Presidente. Ustedes entenderán que nosotros teníamos poco margen de acción”, sentenció.

Explicó que, ya armados los grupos técnicos, estos le hacen ver al ex director y al encargado del Censo, Eduardo Carrasco, que es necesario más tiempo para efectuar pruebas piloto; y que el número de censistas es insuficiente, así como el presupuesto, respecto de lo cual ambos indicaron que todo estaba controlado.

En materia de cifras del Censo, Marcela Cabezas recalcó que no hay discusión metodológica que valide el sistema de imputación de población derivado del crecimiento de las viviendas que fuera utilizado por Francisco Labbé. Estimó que esta opción sólo tuvo como fin acrecentar el número de personas, de modo de acercar más la cifra a las estimaciones.

Además, criticó duramente el hecho que se usara el conjunto de imputaciones como cifras globales, es decir, como si fuera población efectivamente censada. Dijo que se indicó en reiteradas ocasiones que ello no era correcto y que la única vía posible era transparentar los resultados desagregadamente. “A mi me querían echar por estas declaraciones, poco se puede decir entonces que hubo un error comunicacional”, comentó.

La ex funcionaria descartó de plano haber tenido alguna motivación política, como después se le trató de vincular, y sostuvo que el único que introdujo el factor político al interior del INE fue el propio Labbé, particularmente al traer a una institución técnica un conjunto de asesores, algunos incluso sin título profesional, cuya función nunca fue clara.

Comunicaciones

La periodista Marcela Martínez, jefa del Departamento de Comunicaciones del INE entre diciembre de 2012 y abril de 2013, informó que, del conjunto de funciones que debió manejar, nunca se le traspasaron las decisiones de la página web y la relación de la institución con los Ministerios y otras autoridades ya que ellas fueron ejercidas en la práctica por los asesores cercanos del ex director: Sebastián Mathews y Maximiliano Raide.

Indicó que durante su período hubo dos filtraciones de información: una en enero, respecto del proyecto de ley de autonomía; y la segunda en torno a cifras del Censo 2012. Señaló que en el primer caso, Maximiliano Raide le restó importancia al tema, pero que el entonces director sí se mostró preocupado porque eso los había perjudicado con los otros medios.

Dijo que, basada en esa experiencia y frente a la observancia que el equipo de censo no tenía el mismo cuidado que el de los indicadores coyunturales (orden hermetismo, entre otros), pidió que en torno al Censo 2012 se visara cada una de las cifras y que todos los involucrados firmaran un acuerdo de confidencialidad. Explicó que sólo Raide no firmó el documento, por no tener contrato vigente a la fecha, y confirmó testimonios anteriores que señalan que Sebastián Mathews pidió retirarlo.

Comunicó que hubo una nueva filtración de datos a la prensa en torno al censo y comentó que le llamó la atención a ella y a Mariana Alcérreca, asesora de Labbé, que una de las cifras publicadas era la que habían escuchado le pidieron a Sebastián Mathews por vía telefónica. “Escuchamos: ¿la cifra de cobertura? Ya, yo te la consigo. No escuchamos que haya revelado cifras, pero sí que se la habían pedido. Ninguno de los presentes tenía una explicación, tampoco el equipo de Comunicaciones”, precisó.

Frente a esta nueva situación, sostuvo que sugirió al ex director que se informara que existía un cuerdo de confidencialidad firmado y que se investigaría el caso. “En ese momento Maximiliano Raide se impone con una voz muy fuerte y dice: no, no se puede investigar. Entonces le digo, qué respondemos, anoche te mandé un mail preguntando tu punto de vista. Me dice: no te podía responde esto por mail. Y ahí, junto con Sebastián (Mathews) le dice al director que no se preocupe, que se quede tranquilo, que no se lo van a preguntar y ahí el director me pide salir de su oficina”, detalló.