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Publicado 29/10/2018 10:00:00

“Educación no sexista” en proyecto contra violencia hacia mujeres polariza debate

La Comisión de Familia continúa la votación del proyecto que garantiza el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. La incorporación en la norma de conceptos como “estereotipos de género” y “educación no sexista” generó un intenso debate entre quienes forman parte de esta instancia.

La Comisión de Familia continúa la votación del proyecto que garantiza el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. La incorporación en la norma de conceptos como “estereotipos de género” y “educación no sexista” generó un intenso debate entre quienes forman parte de esta instancia.

Estereotipos de género y educación no sexista. Dos conceptos que no logran generar acuerdo en la Comisión de Familia, donde se vota el proyecto (boletín 11.077) que garantiza el derecho de las mujeres a una vida sin violencia.

En indicaciones al artículo que establece medidas de prevención frente a estos hechos, desde la oposición se planteó la necesidad de incorporar en los programas de formación o capacitación del Estado, contenidos que terminen con las conductas sociales y culturales que degraden, menoscaben, perjudiquen o discriminen arbitrariamente a la mujer, junto con los estereotipos de género que generan violencia en contra de la población femenina.

Además, otra indicación creaba la necesidad de incorporar en los planes y programas de formación o de capacitación de las fuerzas de orden y seguridad contenidos basados en la educación no sexista que aseguren que la intervención policial en situaciones de violencia basada en el género sea oportuna y evite la revictimización.

Sin embargo, tal como explicó el diputado Diego Schalper (RN), ambas indicaciones fueron rechazadas por el oficialismo, porque, a su juicio, “uno no puede transformar los textos legales en declaraciones de principios de un movimiento estudiantil. El concepto de educación no sexista no es un concepto que tenga repercusión legal”.

El parlamentario oficialista explicó que, obviamente, creen que "en la educación no pueden haber sesgos a favor o en contra de las mujeres, pero incorporar este concepto que no tiene definición, al final lo que hace es debilitar la protección contra las mujeres. Lo mismo pasa con estereotipos de género”.

Por su parte, el Gobierno señaló que no apoyan la utilización del concepto de estereotipos porque es difícil “acotar estos estereotipos y el sentido evolutivo que tienen, en tanto tienen que ver con una mirada cultural que evoluciona”, explicó la subsecretaria de la Mujer y Equidad de Género, Carolina Cuevas.

En este escenario, los conceptos fueron votados en contra y se eliminaron de esta parte del articulado, siendo reemplazado por una indicación del diputado Schalper, que estableció “la incorporación en los programas de formación o capacitación, de contenidos orientados a modificar patrones, así como conductas sociales y morales que degraden, perjudiquen o discriminen a arbitrariamente a la mujer y/o que generen violencia en su contra”.

Una mirada que no compartió la diputada Karol Cariola (PC) quien fue enfática al señalar que “la ley se construye y en eso también se incorporan nuevos conceptos. Si le tenemos miedo a abrir los debates a nuevos conceptos que hoy se ponen en el tapete público desde los movimientos sociales, la verdad es que no sé a quienes estamos representando en la Cámara de Diputados”.

En este debate, la postura del Gobierno es seguir los lineamientos establecidos en las normas ya existentes, donde el concepto que predomina es el de perspectiva de género.

“Nosotros tenemos que ser coherentes y trabajar en línea con la Ley 20.820, que es la que define los lineamientos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, que hace referencia explícita a la perspectiva de género y a la transversalización de la perspectiva de género en cada uno de los ministerios y de los servicios” explicó la subsecretaria.

De acuerdo a lo señalado en el debate, el concepto de estereotipo de género responde a las ideas preconcebidas culturalmente y transmitidas generacionalmente sobre los roles que se le han asignado a hombres y mujeres. Una educación no sexista significa sacar esta construcción de la enseñanza. La perspectiva de género, por su parte, consiste en tener una mirada que integre la realidad de todos y todas en la toma de decisiones.