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Publicado 01/09/2016 16:30:45

Investigadora de fraude en el Ejército de fondos de la Ley Reservada del Cobre concluyó con informe único

El documento, aprobado de forma unánime, asigna responsabilidades a la Contraloría y a autoridades del Ejército y del Ministerio de Defensa, particularmente por no propiciar una adecuada fiscalización de los recursos.

El documento, aprobado de forma unánime, asigna responsabilidades a la Contraloría y a autoridades del Ejército y del Ministerio de Defensa, particularmente por no propiciar una adecuada fiscalización de los recursos.

Con un informe único, aprobado por la unanimidad de los integrantes, culminó la labor de la Comisión Investigadora que se abocó a estudiar, desde mediados de diciembre de 2015, el fraude acontecido en el Ejército con ocasión del uso de los fondos de la Ley Reservada del Cobre (LRC).

El presidente de la instancia parlamentaria, Jaime Pilowsky (DC), valoró el alto consenso alcanzado para definir un duro informe que estableció responsabilidades y falencias en las normativas del Ejército y en distintos organismos que posibilitaron que se cometiera este millonario fraude.

“Además, en el informe establecimos una serie de recomendaciones para realizar cambios normativos y legales para evitar que situaciones como esta se vuelvan a cometer”, precisó, acotando luego que “acá hubo un grupo acotado de funcionarios del Ejército que se maquinó junto a un grupo de proveedores para defraudar fondos de la ley reservada del cobre”.

Estimó importante señalar que, junto con la responsabilidad penal que se está evaluando en instancia judicial, también hay responsabilidades políticas y administrativas de diversa índole por parte de distintos actores que participaron o se relacionaron con el uso de los fondos de la LRC. “En este sentido, nuestro principal reproche va para los generales que estuvieron a cargo del Comando de Apoyo a la Fuerza, que es la repartición que maneja y administra los fondos de la ley reservada para la adquisición y mantención del potencial bélico", enfatizó.

Sostuvo que ahí no hubo el debido cuidado, ni la debida diligencia para establecer un sistema integrado y seguro que hubiese permitido evitar este tipo de fraude que se extendió por aproximadamente 5 años.

Responsabilidades

El informe describe en el grueso de su texto los distintos testimonios, incluidos los de las propias autoridades del Ejército, del Gobierno y de la Contraloría, para luego dar paso a un capítulo dedicado a establecer las conclusiones de la investigación.

En este marco, la Comisión estimó que la Contraloría General de la República, en el ejercicio de sus facultades fiscalizadoras y en el desempeño de su labor, tiene responsabilidades por cuanto hubo falta de diligencia y cuidado al tomar razón, el 13 de mayo de 2005, de un texto que no era original (DS Nº 124, del Ministerio de Defensa), que fue sustento para limitar su “potestad plena” y que contribuyó a no tener una política permanente y eficaz de fiscalización de los fondos de la Ley Reservada del Cobre entregados a las diversas instituciones de las FFAA.

Además, se acusa falta de diligencia en el ejercicio de la “labor fiscalizadora”, al no haber desarrollado un plan de control y fiscalización prioritario, tomando en consideración la importancia estratégica del área, los cuantiosos recursos que se administran para la compra y mantención del potencial bélico y las especiales características de riesgo; y falta de celo en sus funciones al no ejercer acciones para observar que las rendiciones de cuenta entregadas por el Ejército al Ministerio de Defensa se encuentran en esta Cartera “pendientes de aprobación.

En relación al Ministerio de Defensa, se constató la dificultad para implementar la legislación que definió una nueva institucionalidad en la cartera. Asimismo, se acusa fallas y retardos en la implementación de mecanismos de control y se asigna responsabilidad a los Subsecretarios de FF.AA. por el retraso en la aprobación de las rendiciones de cuentas de las inversiones remetidas trimestralmente por el Ejército, previa revisión de los organismos controladores.

Además, se observa que los Ministros, en el período de competencia de esta Comisión, no adoptaron políticas ni programas específicos tendientes a ejercer un control efectivo sobre el adecuado uso de los recursos asignados a las Fuerzas Armadas.

La Comisión también asignó responsabilidades al excomandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba, como encargado del correcto funcionamiento de la institución. "No ejerció adecuadamente su rol de supervisión respecto de sus subalternos directos, como son los oficiales que se encontraban a cargo del Comando de Apoyo a la Fuerza y la Contraloría del Ejército", se precisa.

También se le asigna a Fuente-Alba falta de diligencia, por no atender recomendaciones de la Contraloría y se le critica su falta de anuencia para concurrir a la Comisión.

El informe da cuenta que la Contraloría General del Ejército (COTRAE) no cumplió su misión institucional, en orden a desarrollar actividades de control y fiscalización que de garantía del correcto desarrollo de los procesos y procedimientos bajo su tutela; se reprocha el hecho que la Tesorería del Ejercito haya dejado de cumplir su misión institucional, toda vez que no efectuó “la revisión de los documentos que permiten el pago de los compromisos asumidos por la Institución; y se acusa al Comando de Apoyo a la Fuerza, y muy particularmente a los generales que lo dirigieron entre 2010 y 2014, de no cumplir su deber de controlar los fondos provenientes de la LRC".

En este ámbito, el texto hace también mención al Consejo Superior de la Defensa Nacional, al Banco Central, la Tesorería General de la República, la Superintendencia de Casinos, la Unidad de Análisis Financiero y Codelco.

Recomendaciones

El informe recomienda la derogación de la Ley Reservada del Cobre y se propone establecer un nuevo sistema de financiamiento de las FF.AA. Asimismo, se plantean modificaciones al modelo de transferencia del 10% de Codelco y la utilización del Fondo de Contingencia Estratégica.

Además, se recomienda que todos los informes finales y los de seguimiento de la Contraloría sean remitidos a la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, para su conocimiento y fines respectivos; que se potencie la capacidad del Congreso Nacional para una efectiva fiscalización; que el Ministerio de Defensa Nacional fortalezca los procesos de evaluación de proyectos, de adquisiciones, con los debidos sistemas de control para su adecuada ejecución; y que se especifiquen los Decretos de Inversión asociados a un Proyecto.

Finalmente, entre otras múltiples sugerencias, se pide una actualización de la normativa del Registro Especial de Proveedores del Sector Defensa, así como lo relativo a la incompatibilidad de exoficiales para desempeñarse en empresas proveedoras de bienes y servicios de la Defensa; que establezca un Sistema de Prevención de Delitos y de denuncias al interior de las FF.AA.; se implemente un modelo de gestión de riesgo en el Ejército y se fortalezca el sistema de control institucional.